El «ciberpatrullaje» no está bien, está mal

El martes 7 de abril, la ministra Sabina Frederick se reunió con la Comisión de Seguridad Interior de la Cámara de Diputados de la Nación y contó que están haciendo «ciberpatrullaje» para medir el humor social y poder prevenir diversas situaciones.

Quiero dejar un breve punteo de por qué esto NO ESTÁ BIEN, ESTÁ MAL y por qué espero que tanto Frederick como el presidente Alberto Fernández revisen su política de seguridad y garanticen que la ciudadanía pueda seguir expresándose con libertad y sin ser víctimas del espionaje por parte del Estado.

Antes de continuar, quiero recordar que el área de ciberpatrullaje fue inaugurada hace tres años, en 2017, por la entonces ministra de Seguridad, Patricia Bullrich durante la presidencia de Mauricio Macri. La información sobre la compra (publicada en el sitio oficial Comprar) decía que había sido una compra directa a UNITECH S.A. por 3.5 millones de dólares a fines de 2016:

Y el ejemplo más claro de cómo operó esa ciberpatrulla fue lo que sucedió con Javier Smaldone, que él mismo relata y muestra tanto en su sitio web como en su cuenta de Twitter:

Acá las declaraciones de la ministra de Seguridad, Sabina Frederick (martes 7 de abril de 2020):

Y acá el recorte en el que se refiere al ciberpatrullaje.

1) A esta práctica se la conoce como «inteligencia de fuente abierta» (OSINT -Open Source Intelligence). Las fuentes abiertas son la parte abierta o pública de las redes sociales (no los mensajes privados ni las cuentas protegidas).

2) Para hacer esto hay dos maneras: a) rastreo automatizado (identificando palabras clave, por ejemplo); b) haciendo patrullaje, que es un método más precario y es el que suelen utilizar acá. En este segundo caso, debido a que es imposible leer todas las publicaciones de todas las personas que utilizan redes sociales abiertas, lo que probablemente hagan las fuerzas de seguridad sea establecer filtros acerca de qué perfiles deben patrullar y ahí es dónde opera el prejuicio y la discriminación a la que estamos acostumbradxs. Se vigilará a determinadas personas.

3) ¿Las redes sociales son PÚBLICAS? (esto fue lo que dijo la ministra Frederick).
a) Bueno, por un lado, como explicó Iván Arce (especialista en seguridad informática): «Twitter no es un lugar público, es un lugar privado. El contenido está en un (conceptualmente) servidor en EEUU, los cibervigiladores entran a buscarlo ahí. Sería como ir a un shopping y grabar las conversaciones de todos los presentes y sin identificarse como policías, vestidos de civil.»
b) Sin embargo, por otro lado, si las consideramos «públicas», igualmente existe una expectativa de privacidad de aquello que expresamos: esperamos que eso que escribimos, decimos o mostramos, sea leído, escuchado o visto por aquellas personas a las que se lo compartimos -e incluso a otrxs miembros de las redes, cuando un contenido se viraliza- pero que se cumpla el objetivo que teníamos al hacer público ese mensaje. No es la idea que alguna fuerza de seguridad esté registrando lo que yo expreso para identificar mi «humor».

4) Algunas consecuencias del ciberpatrullaje: clima de autocensura y reducción de los espacios de participación ciudadana. Esta combinación afecta directamente a la Democracia y va en contra del derecho de libertad de expresión.

5) Como dice Beatriz Busaniche, presidenta de Fundación Vía Libre (organización que integra la Iniciativa Ciudadana por el Control del Sistema de Inteligencia -ICCSI-): Ni las fuerzas de seguridad, ni la Agencia Federal de Inteligencia deben hacer inteligencia sobre la ciudadanía ni mucho menos constituirse en veedores del discurso público.

6) «¿Monitorear redes sociales es vigilancia ilegal?» es un excelente artículo que escribió Javier Pallero y que recomiendo consultar.

El ciberpatrullaje ESTÁ MAL, tanto lo que hizo Patricia Bullrich durante la gestión de Mauricio Macri, como lo que expresó la ministra Sabina Frederick, funcionaria del gobirno del Presidente Alberto Fernández. No estaba bien antes y mal ahora, ni viceversa.

Así se percibe el ciberpatrullaje en Twitter.

Espero que Fernández, que además de Presidente de la Nación es abogado, entienda esto, y revise su política de seguridad. Es fundamental para la Democracia.